3 jul 2014

jueves, julio 03, 2014

Crónica del proceso de huelga y de "acuerdo" al que llegó el sindicato de trabajadores del Hogar de Cristo. Luego de haber estado 18 días movilizados consiguieron que les desarticularan el sindicato y que, además. no obtuvieran lo que pedían. Sumado a esto tendrán que pagar, como corresponde legalmente, en 3 cuotas los días en que estuvieron movilizados. ChileanWay.


elciudadano.cl
Puede resultar paradógico, pero la semana pasada me tocó ver el florecimiento y también la muerte de un movimiento sindical dentro del Hogar de Cristo. Aquella fundación que tiene como logotipo al Padre Hurtado quien, no sólo fue un activista social, sino además un promotor de los sindicatos. El sindicato de trabajadores del HdC que, luego de 18 días de movilizaciones y de una huelga que intentó visibilizar infructuosamente las demandas a través de los medios de comunicación (que extrañamente se hicieron los ciegos), al final no ganó absolutamente nada y solo consiguió que a los trabajadores movilizados se les descontara en cuotas la plata de los días en que estuvieron en huelga. En Chileno: Terminaron pagando por movilizarse.


Las demandas

Cuando uno escucha que el Hogar de Cristo no tiene dinero se ríe. Al menos yo me río. Pienso en los terrenos enormes y en las campañas televisivas en las que los monaguillos de los matinales se ponen pecheras y piden a los televidentes para que se vayan a matricular con la plata. Luego de causar risa lo de la plata, causa una incertidumbre. Esa duda que nace cuando uno busca en la galería mental y recuerda las imágenes de los viejos pobres que se ganan afuera del hogar de Cristo para pasar la noche. Entonces uno piensa… mmm, quizá sea cierto, quizá no hay plata… entonces viene nuevamente la risa porque todos, sin saberlo, intuimos que en una institución de esa magnitud lo que falta es fe, pero plata no.
Lo que pedían los trabajadores era, básicamente, un aumento de 70.000 pesos bruto. El Hogar de Cristo les ofreció después de las negociaciones 35.000 y no hubo acuerdo.

Hay que mencionar lo siguiente: Las personas que estaban en la movilización, obviamente no eran de la plana directiva ni administrativa, sino que eran precisamente los funcionarios que hacen la pega dura de atender a la gente que el Hogar beneficia, es decir, a los más pobres y necesitados. Está demás decir que, por lo general, las instituciones benéficas tienen problemas de este tipo, ya que si bien cuidan -con photoshopeado rigor- la imagen que se da a la opinión pública, descuidan los elementos que hacen posible la beneficencia y en lugar de poner la plata en mejores sueldos, mejores instalaciones o mejores condiciones de trabajo que permitan un mejor servicio a los más necesitados, la ponen en construir fundaciones que a la hora del balance rindan tal como rinde una cadena de supermercados o una tienda de recuerdos turísticos.

La muerte anunciada del sindicato

Cronológicamente lo que yo vi fue lo siguiente:

Lunes 9 de junio: Comienzo de la huelga legal de los trabajadores del sindicato, luego de no llegar a acuerdo.

Lunes 9 a jueves 26: Reiterado e infructuoso intento de los trabajadores por ser tomados en cuenta por la prensa y nula respuesta del Hogar de Cristo. Salvo contados casos de apoyo no hubo un acercamiento de políticos o rostros para ayudar a visibilizar las peticiones y, menos aún, para evidenciar los problemas en el HdC.

Jueves 26: Durante la marcha por el Paro Nacional Docente del colegio de profesores me topé con un grupo grande de trabajadores del Hogar de Cristo que, literalmente, fueron a robar pantalla y a poner sus lienzos en la mirada pública.

Viernes 27:

14:00 hrs. Llegué al Hogar de Cristo donde vi un grupo grande de trabajadores que mantenían la huelga y que esperaban a que sus dirigentes volvieran de una reunión a la que fueron citados en la Inspección del trabajo.

16:00 hrs. Reunión del Sindicato en una sede social que está cerca del HdC y que fue prestada para que se reunieran a debatir.

17:00 hrs. Los dirigentes del sindicato vuelven con la propuesta que consiguieron en la Inspección del Trabajo, la leen, es ridículamente poco auspiciosa y, sobre eso, tienen que votar para elegir entre seguir con la huelga o aceptar las chauchas que ofrece la fundación.


18:00 hrs. Hay votación y, en un proceso completamente favorable para el Hogar de Cristo, se llega a la determinación de que se levanta la huelga, se vuelve a trabajar y se acepta el mal menor.

19:00 hrs. Hay llantos, rabia, incertidumbre y palabras para el bronce. Pero en general hay un descontento mayúsculo ya que, muy por lejos de lo que se esperaba, no se consiguió absolutamente nada y, más aún, se perdió tiempo y dinero.

19:30 hrs. Muchas personas dicen frases del tipo “Me voy de esta pega” o “Cagó el Sindicato”

Balance personal: El Hogar de Cristo se salió con la suya y destruyó el Sindicato de Trabajadores con la más sencilla de todas las contras, El Cansancio sumado a la culpa.

Resumen

Lo terrible, lo paradójicamente terrible, es que una vez más podemos ver que los grupos empresariales le doblan la mano a la gente y, sobre todo, a sus propios trabajadores, cuando se escudan detrás del capital simbólico que administran. Esto quiere decir que si tienes una fundación como el Hogar de Cristo es más fácil cargarle el sentimiento a la opinión pública para conseguir recursos que darle un poco de esos recursos a la gente que trabaja contigo.

Siento que el Padre Hurtado, de haber estado vivo, habría estado tirándole piedras a la fundación que lleva su nombre y no se habría hecho el loco como se hizo el Capellán quien, no contento con ver su nombre escrito en las paredes del recinto, jamás puso su apoyo del lado del menos poderoso sino por el contrario. Además don Alberto Hurtado se hubiera muerto de rabia de ver como le dieron soluciones que promovían la disolución del sindicato y que, claramente, tildaban de impropios a todos aquellos que consideran que la sindicalización es la herramienta para combatir los abusos del poder. Por todas partes a mí esto me parece una práctica antisindical, pero jamás podré decirlo ya que me acusarían de estar atentando contra la imagen del Padre Alberto y de su legado. Así que no voy a decir que me parece un atentado contra el sindicato el ponerles alternativas de resolución que son un engaño y menos aún contaré que no les permitieron llevar abogados o asesores a su reunión en la Inspección del trabajo. Eso no lo voy a decir porque arriesgo a que me tachen de anarquista o de anticlerical. Así que no diré que el Hogar de Cristo, fundación hija de un hombre que luchó por los derechos de los trabajadores, tiene prácticas antisindicales. Yo, no diré jamás eso.

Les dejo las fotos del proceso para que vean la progresión de un movimiento que fue por lana y salió trasquilado. Tal como ovejas que venden su lana para abrigar aún más al becerro dorado del poder.

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