El pasado martes 17 de diciembre, El Mercurio publicó un artículo donde revelaba el contenido de un informe que elaboró la PDI sobre millonarios traspasos por parte de universidades privadas a empresas extranjeras. El informe desarrollado por la Brigada de Delitos Económicos (Bridec) y encargado por el Ministerio Público en el marco de su investigación a los planteles de educación superior que lucran, da cuenta de cómo entre 2009 y 2011, la Universidad de Las Américas (UDLA) transfirió más de $9.000 millones de pesos (US$ 18 millones) a la firma holandesa Laureate Trademark B.V. y la norteamericana Laureate Education Inc., ambas parte del Grupo Laureate International Universities, el mismo que es dueño de la UDLA.
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Según los fiscales Carlos Gajardo y Pablo Norambuena, los traspasos desde la UDLA a empresas de su grupo controlador, podrían evidenciar la existencia de retiro de ganancias. Algo que también podrían demostrar los traspasos provenientes de las otras dos casas de estudio que el Grupo Laureate posee en Chile. Porque además de la UDLA, entre los 12 establecimientos investigados por lucro y acreditaciones fraudulentas, y cuyos estados financieros analizó la Bridec, estaban también la Universidad de Viña del Mar (UVM) y la Universidad Andrés Bello (UNAB). Ambas forman parte del mismo consorcio internacional que la UDLA.
Lo que no dice El Mercurio, sí lo publicó El Dínamo un día después: la UNAB también traspasó dineros a sociedades de su grupo controlador. Y fue casi el doble. Según una auditoría que cita El Dínamo y que realizó la consultora PriceWaterhouseCoopers, entre 2011 y 2012 la UNAB traspasó, al menos, $17.332 millones a Laureate. Es decir, más de US$ 32 millones a través de varias sociedades relacionadas: Laureate Chile II SpA, Laureate T BV y Laureate Education Inc.
Su vinculación con las investigaciones que lleva adelante la Fiscalía no sólo le han pasado la cuenta a la UNAB en un escenario judicial, porque ese mismo día la universidad fue castigada por la Comisión Nacional de Acreditación (CNA).
El domingo 22 de diciembre vencía la acreditación de cinco años que en 2008 le había entregado la CNA a la UNAB, abriéndole la puerta a sus alumnos para financiar su educación con el Crédito con Aval del Estado, el CAE. Y precisamente el mismo día que El Dínamo publicó el reportaje, la entidad encargada de asegurar la calidad en la educación superior se reunió para decidir si acreditaba o no por un nuevo período a esa casa de estudios. Al terminar la reunión, la CNA envió un memo al rector de la UNAB, Pedro Uribe Jackson, para comunicarle la decisión: esta vez no estaría acreditada por cinco años, sino que sólo por cuatro.
La decisión de la CNA fue un duro golpe para Laureate, grupo que en el extranjero no ha tenido problemas en reconocer que su fin es el lucro, pero que en nuestro país ha tenido que enfrentar una serie de cuestionamientos por la prohibición legal de lucrar con la educación. La pérdida de un año de acreditación en la UNAB se suma al rechazo total por parte del a CNA para acreditar a la UDLA a partir de 2014. De hecho, junto a las universidades Del Mar, La República, Pedro de Valdivia y Uniacc, la UDLA es una de las 11 casas de estudios superiores que no estarán acreditadas el próximo año.
A ese grupo se sumó el jueves 19 de diciembre otro establecimiento: la Universidad Gabriela Mistral (UGM), la primera universidad privada del país y cuya última acreditación –por tres años–fue obtenida en 2010, cuando la CNA era presidida por Luis Eugenio Díaz, hoy formalizado por la venta fraudulenta de acreditaciones.
Una investigación de CIPER publicada en 2012, dio cuenta de una extensa red de empresas que su entonces controladora, Alicia Romo, había creado junto a su familia en torno a la UGM. Para entonces, aún no estaba clara la propiedad de dicha universidad, ya que el Movimiento Sodalicio de Vida Cristiana había ingresado a su directorio con cinco asientos. Se hablaba de una venta del 49% del control de la universidad, pero tanto Romo como los Sodalicios la negaban. En mayo de este año, Romo dejó la rectoría de la UGM tras 32 años en el cargo, aunque sigue presidiendo el directorio.
Además de la UGM, la CNA rechazó el jueves la acreditación de la Universidad UCINF y el Instituto Profesional Valle Central.
Todas las universidades que no obtuvieron su acreditación para 2014 no podrán contar con los dineros del CAE, un sistema de financiamiento estatal que a pesar de los anuncios de cambios sigue siendo un excelente negocio para los bancos. En todo caso, las instituciones aún tienen la opción de acatar la decisión de la CNA o apelar a ella, lo que daría lugar a una nueva reunión para analizar la situación de los planteles. Para ello, tienen un plazo de un mes.
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