La nueva fórmula del Mineduc considera la empleabilidad e ingresos para asignar este arancel, que define las becas y créditos. Los rectores afirman que al incluir "factores de mercado" se perjudican carreras relevantes para el país, como Pedagogía o las Artes.
La Segunda |
El Consejo de Rectores (CRUCh) manifestó su "tajante" oposición a la nueva fórmula para calcular el arancel de referencia, que anunció la semana pasada el Ministerio de Educación, y advirtió que ésta contribuye a aumentar la "segregación" entre los estudiantes.
El nuevo mecanismo para calcular este arancel –que se considera para entregar las becas y créditos a los estudiantes de educación superior– incorpora la variable de empleabilidad e ingresos de la carrera, que se suma a los dos factores que ya existían: calidad del cuerpo docente y eficiencia de los profesores.
El Consejo de Rectores calificó como "preocupante" esta modificación y advirtió que esta nueva variable "contribuye a aumentar la segregación". Esto ya que –según explican– "el salario y la empleabilidad están marcados muchas veces por el capital social de los estudiantes y sus redes familiares y las diferencias se acentúan más entre Santiago y las regiones".
"Este factor agudizaría este desnivel, entregando un monto mayor en ayudas estudiantiles a los jóvenes que eligen carreras consideradas más rentable y a aquéllos que estudian en universidades capitalinas", señalan los rectores, a través de una declaración.
Junto a esto, afirman que el nuevo cálculo, al incluir "factores de mercado" como la empleabilidad y el nivel de remuneraciones, "deja al margen disciplinas con bajos índices en esta área, pero muy relevantes para el desarrollo del país, como Pedagogía, Ciencias Sociales o las Artes".
"Consideramos que lo que está detrás de esta modificación es la creencia de que el mercado regulará la forma en que los jóvenes deciden qué y dónde estudiar. Esto es una visión sesgada de lo que significa la educación superior (…) Las universidades del CRUCh no son meras fábricas de profesionales, sino centros que forman personas integrales cuyo deber es aportar a la sociedad en la que viven", subrayan.
Los rectores también recalcaron que no participaron ni se enteraron de este cambio sino hasta que la decisión ya estaba tomada por el ministerio. En ese sentido, afirmaron que "esta falta de diálogo no contribuye al clima de cooperación que debiera regir entre autoridades y actores de la educación superior, para el que siempre hemos estado disponibles".
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