18 nov 2013

lunes, noviembre 18, 2013

A nueve meses de la muerte del dirigente sindical, se dio a conocer un informe que desacredita lo planteado por la PDI que culpó del deceso a una bala disparada desde La Legua, a más de un kilómetro de distancia de la empresa Azeta, donde cayó muerto el sindicalista. Su familia insiste en responsabilizar a la empresa.


El Dínamo
Desde que la Policía de Investigaciones atribuyó la muerte del dirigente sindical Juan Pablo Jiménez a una bala perdida proveniente de la población La Legua, la desconfianza se instaló en la familia y amigos de quien fuera presidente del Sindicato número 1 de la empresa subcontratista Azeta.

“Son mentiras y manipulaciones”, dijeron en su minuto en la Coordinadora Verdad y Castigo, que agrupa a quienes se han propuesto develar la verdad tras la muerte del sindicalista, ya que para ellos resultó inverosímil que una  bala recorriera más de un kilómetro para impactar en el cráneo de Jiménez. Por ello, juntaron recursos y contrataron un peritaje privado que analizara lo ocurrido y revisara el trabajo hecho por la PDI.


Después de meses de análisis, hoy se dio a conocer el informe que descarta lo planteado por la Policía, asegurando que es imposible que una bala punto 40, del tipo de la que mató a Juan Pablo Jiménez, recorra más de mil metros desde el arma que la percutó. Por lo mismo, la familia pide que se libere a JBPM, el menor de 16 años que se encuentra detenido como acusado de ser el responsable del disparó que acabó con la vida del sindicalista.

La perito Daniela Contreras, explicó a El Dínamo que el curso de la investigación judicial está errado, y que la bala no salió desde las calles de La Legua, como planteó la PDI: “Lo más importante acá es establecer si la persona a la cual le están imputando el delito, es la responsable de los hechos. Si es efectivamente el tirador. De acuerdo a nuestro informe, no es posible que esta persona haya efectuado el disparo desde ese punto de origen, porque fisica y matemáticamente no tiene  ninguna coherencia lógica”.

Contreras explicó las conclusiones del estudio y señaló los motivos por los que descartan el peritaje de la PDI: “El objetivo principal de este informe fue poder acreditar o descartar la teoría del tiro parabólico, respecto del alcance máximo. Nosotros, mediante el mismo método empleado por la Policía de Investigaciones, llegamos a la conclusión que respecto del punto de origen que ellos determinan, donde se origina el disparo, que es la intersección de Santa Catalina con Mario Lampa, existen 1.035 metros de distancia hasta la víctima. Con esos antecedentes, que ellos aportaron, nosotros trabajamos. 290 metros por segundo de velocidad de la bala y con un ángulo de  elevación de 20 grados. Utilizando el mismo método del coronel Franceso Schiatti, nosotros logramos determinar que el alcance máximo de la bala, con las características por ellos determinada, es de 719 metros, menos de la mitad que ellos establecen”.

El informe de los peritos privados, pertenecientes a la oficina de Criminalística Forense “Servicio de Atención a Víctimas”, coincide en lo planteado por la PDI respecto del “punto de impacto”. Ambos peritajes establecieron que la bala impactó primero en una reja de alambre ubicada junto a una cancha, en el límite norte de Azeta. Las diferencias surgen al momento de situar el punto de impacto. La Policía civil señaló que la bala rozó la reja a 3,78 metros de altura, mientras el peritaje privado dice que fue a una altura entre 1,40 a 1,43 metros.

Tomándose de este dato, la perito Contreras asegura que el asesino de Jiménez podría haberse encontrado al interior de la empresa: “Nosotros establecimos dos puntos de impacto probables, conforme a la posición natural que tiene la víctima en la banca. Esos dos puntos de impacto están a 1,43 a 1,41 metros de altura, de la reja, del paño derecho. Esto significa que el tirador pudo haber estado ubicado dentro de esa línea de tiro, y pudo haber estado al interior de la empresa“.

Además, Contreras cuenta que la PDI extrajó cuatro muestras de la reja, pero que ellos encontraron siete puntos con deformaciones. Para explicar la diferencia en los resultados de los estudios, argumenta que el informe de la Policía no tomó en cuenta datos relevantes: “La PDI no explica procedimiento ni metodologías, solo coloca las conclusiones y los resultados. Nosotros, a diferencia de ellos, desarrollamos el mismo método utilizando variables reales. Pedimos los datos ambientales y meteorológicos de cuando ocurrieron los hechos al Departamento de Geofíísica de la Universidad de Chile, son datos fiables. La PDI no indica de donde saca los datos, son todos standard. Por tanto, es obvio que van a tener un margen de error en sus resultados”.

El Fiscal a cargo de investigar la muerte de Juan Pablo Jiménez, Sergio Arévalo, ya tomó conocimiento del informe privado y en los próximos días citará a los autores del nuevo peritaje para que expongan su trabajo. Además, fuentes judiciales aseguraron que en la investigación existen diligencias pendientes, las que serán encargadas a Carabineros, alejando así a la PDI de la causa.

La obstinación de la familia
“Al niño que le echaron la culpa, no tiene nada que ver. Nosotros nunca pensamos que el hubiera disparado. Siempre hemos estado en contra de la tesis planteada por la PDI, que fue planteada dos días después de ocurrido el asesinato“, asegura Juan Carlos Jiménez, padre del dirigente sindical. Él siempre ha creído que los asesinos de Juan Pablo están dentro de Azeta. Desde el principio les llamó la atención que la muerte ocurriera un día antes de que el dirigente concurriera a los Tribunales a presentar una denuncia por el despido injustificado de dos de sus compañeros. Además, era pública la mala relación entre el presidente del sindicato y los gerentes de la empresa subcontratista de Chilectra.

El padre de Juan Pablo Jiménez se muestra satisfecho con los resultados del estudio, porque dice que viene a ratificar lo que siempre supieron: “Nosotros estamos seguros que el disparo salió desde dentro de la empresa, siempre lo supe. Desde que me dijeron que a mi hijo le habían disparado en la cabeza, yo supe que a mi hijo lo asesinaron dentro de la empresa. Cuando el Fiscal nos dijo que habían imputado a un joven, y que ese joven había disparado, cuando ese Fiscal nos dijo a nosotros y a Ximena que ahora teníamos que “estar contentos” porque el caso ya estaba resuelto, nosotros le respondimos que no, que no se había resuelto y empezamos a buscar al culpable”.

La posición de la familia del dirigente sindical asesinado es solo una. Su esposa, quien pide que le llamen así y no “viuda”, Ximena Acevedo, plantea que el dolor no la abandona y que las conclusiones del peritaje fueron un golpe de realidad: “Es bien duro, en términos personales, es bien duro. Porque es confirmar todo lo que nosotros creímos todo este tiempo. Han pasado nueve meses y recién, con nuestro esfuerzo, se logra llegar a una verdad técnica, científica, que avala lo que nosotros creemos. Se afirma lo que toda la gente cree, que fue un disparo directo a su persona”. Para ella, el informe de los peritos es un motivo para seguir movilizándose: “Con esto nos vamos a seguir movilizando, queremos que el país se entere. Con ésto en las manos no podemos quedarnos en nuestras casas”.

Nancy Garrido, madre de Juan Pablo, se mantiene firme en la búsqueda de verdad y justicia, y ratifica lo dicho por Ximena Acevedo. Seguirán movilizándose, a pesar de los costos personales que eso les pueda traer. “Este periodo ha sido horrible, doloroso, un duelo día a día. Y esto es como revivir todo de nuevo. Esperó que todo se esclarezca lo antes posible. Por nosotros y por Ximena, ya van nueve meses y mientras esto no se esclarezca ella no recibe un peso, de la AFP, de nada. Ya se descartó la tesis de la bala loca, ahora está la tesis que fue un tiro directo dentro de la empresa. Ahora hay que ver a quien le molestaba Juan Pablo. Nosotros creemos que a Chilectra y a Azeta le molestaba lo que hacía Juan Pablo”, señala.

En los nueve meses que han corrido desde la muerte del dirigente sindical, Nancy, Juan Carlos y Ximena han participado en numerosas marchas, han encendido velas, se han vestido con las poleras que uniforman a los que buscan aclarar lo sucedido y han organizado actividades para juntar los recursos que permitieron pagar el peritaje que ahora se da a conocer. La cultura de movilización los ha impregnado, nunca antes ellos habían marchado por las calles, pero para Nancy es claro que en Chile la justicia muchas veces se logra protestando.

Luego de repasar los detalles del peritaje y de contar el proceso familiar que han sorteado durante este tiempo, Nancy se detiene en lo ocurrido hace algunos días, cuando adherentes de la candidatura de Michelle Bachelet golpearon a la madre de Marías Catrileo, Mónica Quezada, cuando ésta intentaba funar un acto de campaña de la candidata: “Vi lo que le pasó a la madre de Matías Catrileo, y repudió lo que le pasó. Yo como madre de Juan Pablo salgó a la calle a pedir justicia, y no me gustaría que me pasara lo que a ella le pasó. Es terrible que tengamos que salir a la calle a pedir justicia. Si nosotros no hubiéramos juntado los recursos para contratar un peritaje, esto habría quedado como otro crimen más bajo el puente. Es terrible, y se supone que estamos en democracia“.

Los nuevos antecedentes del caso se dan en medio del proceso de quiebre de Azeta, lo que dejará sin sustento a cerca de mil trabajadores, como aseguran desde los sindicatos. El padre del dirigente lo cuenta así: “Ellos siempre le decían a Juan Pablo “¿nos quieres cagar, hueón. Quieres que quebremos?”, ahora resultó que quebraron igual, pero además le quitaron la vida a mi hijo”l. El peritaje devolvió las esperanzas a la familia de conocer la verdad, por lo que ya organizaron una marcha por las calles de Santiago para el próximo 27 de noviembre.

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